El número 9, del otoño de 1978, continuó con la integración de amigos al grupo editor, nuevos colaboradores y poetas que, con el paso del tiempo serían, además de grandes amigos, importantes exponentes de una generación que se negaba al silencio.
Se dice en el editorial:
"Sucede que a diario encontramos trabas y frenos para decir y hacer cosas. Y esa es una realidad que no se le escapa a nadie, a menos que cierre el alma a la vida."
Un tiempo difícil en que, con toda la potencia de la inocencia (no ingenuidad... ni mucho menos), se ponía voz al silencio como se podía...
El número completo en el enlace:
https://docs.google.com/open?id=0B1mUZSsZWVpiOVJiQnRUR2E2SjQ
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